La
mayoría de los autores coinciden en que la literatura juvenil –y también la
infantil- está infravalorada. A pesar de que los jóvenes leen, y cada vez más, y son muchas las editoriales que
tienen una sección de literatura juvenil en su catálogo dispuesta a satisfacer
a este público cada vez más amplio, este tipo de literatura no tiene el
reconocimiento que merece. En muchas ocasiones el problema es la escasa visibilidad de estas obras en los medios de
comunicación, que apenas les dedican espacio. Así, el público adulto no conoce
su existencia y las pasa por alto. Además, hay novelas que han sido etiquetadas como literatura juvenil y que son
auténticas joyas, por lo que deberían ser leídas por cualquier persona, sin
distinción de edad.
La
escritora argentina Liliana Bodoc afirma que casi no hay cátedras de literatura
infantil y juvenil y que no hay crítica. “Hay un preconcepto de los escritores
calificados como escritores para adultos de que el escritor para niños y
jóvenes es un escritor menor, que trabaja un género menor. Hay mucha hipocresía
de la academia, de la crítica, de los colegas escritores para adultos. Hay
mucha hipocresía, mucha. Muy difícilmente tratan con el mismo respeto a un
escritor de literatura para niños que a un escritor de literatura para adultos.”
Esto que ocurre no deja de ser irónico ya que un libro exitoso de literatura
infantil o juvenil se vende de diez a veinte veces más que un libro de
éxito de lo que se conoce como literatura general, lo cual es una gran
contradicción.
Hay quien opina que la
literatura juvenil no resulta demasiado atrayente para los adultos porque está
pensada para jóvenes y la mayoría de estas obras están llenas de triángulos
amorosos, dramas adolescentes y mundos fantásticos algo “frikis”. Sin embargo,
y aunque a veces estos tópicos se cumplen, no siempre es así. Además, ¿quién
dice que una novela basada en un mundo fantástico no tiene por qué contar con
una extraordinaria calidad literaria? Hay jóvenes que piensan que son ellos
mismos los que están infravalorados en la sociedad, y que eso se refleja en el
tratamiento dado a su literatura.
Pero, ¿cuál es la importancia de la literatura juvenil? Como dice el
escritor José María Plaza, la infancia y la adolescencia son etapas en que las
personas se empiezan a formar como lectores, y “los textos que les son
presentados son absolutamente determinantes para su permanencia en el
mundo literario”. Podemos afirmar que este género es el que tiene más
responsabilidad
sobre los lectores porque están en una edad de formación, una edad en la
que todavía se puede influir sobre ellos, y el acercamiento a obras apropiadas
será fundamental para la instauración indefinida del hábito lector.
Probablemente una novela demasiado densa y sesuda de un tema que no esté en su
centro de interés no gustará al joven que se acerca en sus primeras veces a la
lectura, y esto lo alejará de los libros, puede que para siempre.
Son muchos los autores, como J. K. Rowling, Laura Gallego, Jordi Sierra i Fabra o Michael Ende, que han conseguido captar la atención de la prensa y que han dedicado su vida a escribir libros que han gustado mayoritariamente a jóvenes. Estos y muchos otros han hecho que millones de personas en todo el mundo descubrieran el placer de la lectura en algunas de sus obras. Sin embargo, ¿llegará alguno de estos autores a ser premiado como se merece? Es cierto que existen algunos premios dedicados a la literatura juvenil como el Cervantes Chico, pero de momento es impensable ver a un autor juvenil con un premio de reconocimiento internacional como el Nobel o el Pulitzer.
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