El pasado martes 19 de noviembre la escritora mexicana
Elena Poniatowska fue galardonada con el Premio Cervantes 2013. La autora, que
tiene 81 años y, aunque es hija de un príncipe polaco y nació en París, dice
ser "más mexicana que el mole”, afirma que este premio es “un regalo del
cielo”. El Premio Cervantes, del que se hará entrega el próximo 23 de abril, el
más importante de las letras hispánicas y considerado el Nobel español.
Es la cuarta
fémina que consigue este galardón, que en sus 38 años de vida solo
había recaído en tres ocasiones en una mujer: las españolas María Zambrano
(1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992). Este
año se ha vuelto a cumplir la regla no escrita que dice que el premio recae alternativamente en Latinoamérica y España,
por lo que en 2013 debía otorgarse a un escritor latinoamericano, ya que en la
pasada edición recayó en el español José Manuel Caballero Bonald.
El jurado ha valorado "su brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de
manera particular en la narrativa y en su dedicación ejemplar al
periodismo" y destaca de su obra el
"firme compromiso con la historia contemporánea". "Autora
de obras emblemáticas que describen el siglo XX desde una proyección
internacional e integradora, Elena Poniatowska constituye una de las voces mas poderosas de la
literatura en español de estos días", añade el acta que ha leído el
ministro de Educación, Cultura y Deporte, Juan Ignacio Wert, al término de la reunión.
“La Princesa Roja” –así la bautizó su familia paterna-
tiene en su haber más de 40 obras y
numerosos premios, entre ellos el Nacional de Periodismo de México, el Mazatlán
de Literatura, el Alfaguara de Novela y el Rómulo Gallegos, además del Biblioteca Breve en 2011 por
su novela Leonora, una evocación de la vida de la pintora Leonora Carrington, la última artista
surrealista viva.
Poniatowska empezó a trabajar en el diario Excélsior
de México en 1953, y ha compaginado su
actividad como periodista con la
de escritora. Publicó su primer libro, Lilus Kikus, en 1954. Como
reportera destacan sus crónicas de la matanza estudiantil del 2 de octubre de
1968, del terremoto de Ciudad de México de 1985 o del conflicto armado de
Chiapas en 1994, y como escritora ha abordado casi todos los géneros, desde la
novela al cuento, pasando por la poesía y el ensayo.
Su obra ha sido traducido a una decena de idiomas, con
títulos como Todo empezó en domingo, Cartas de Álvaro Mutis a Elena
Poniatowska, La herida de Paulina, Octavio Paz: Las palabras del árbol, La
vendedora de nubes o su reciente Leonora. Su libro más célebre, La
noche de Tlatelolco, es un crudo testimonio de la represión contra
estudiantes el 2 de octubre de 1968, una fecha grabada con sangre en la
historia mexicana. “Debería conmemorarse oficialmente, es una fecha de luto
nacional”, asevera.
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