viernes, octubre 18, 2013

LA JOVEN PAQUISTANÍ MALALA YOUSAFZAI, GALARDONADA CON EL PREMIO SÁJAROV DEL PARLAMENTO EUROPEO


La niña paquistaní Malala Yousafzai, que sufrió un intento de asesinato por los talibán paquistaníes por defender el derecho de las niñas a la educación, ha sido galardonada este jueves 10 de octubre con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia de la Eurocámara 2013.

El presidente del Parlamento Europeo ha destacado su satisfacción por que se haya premiado a "una niña que ha demostrado tener más coraje que muchos adultos”. "Malala tiene el coraje de levantar la voz por los derechos de las niñas y además anima al resto a que sigan su ejemplo pese a vivir en mundo dominado por los hombres", ha defendido.

Horas después, la propia Malala ha agradecido el premio asegurando que representa una gran oportunidad para seguir dando voz a los niños que no la tienen. "Muchas gracias a la Unión Europea, es un gran honor recibir este premio. No es solo un reconocimiento, es también un espaldarazo a mi trabajo en favor de la educación", dijo Malala a Efe en Nueva York tras anunciarse el galardón.

Por el contrario, los talibanes paquistaníes, que atentaron contra su vida en 2012, han reaccionado a la concesión del premio asegurando que Malala no lo merece. "Ella no ha hecho nada. Los enemigos del Islam le han concedido este premio porque ha abandonado la religión musulmana para convertirse al laicismo", ha declarado a la agencia AFP Shahidullah Shahid, portavoz de la organización Tahrik-e-Taliban.

 Un símbolo de la lucha por los derechos de la mujer

Malala tenía apenas once años cuando a través de su blog, que escribía con pseudónimo desde 2009, comenzó su lucha en defensa del derecho a la  educación de las niñas en el valle de Swat, en Pakistán, donde éstas tienen prohibido por los talibán ir a la escuela. El 70% de sus compañeras había dejado de acudir al colegio por miedo o por indicación de sus familias. A través de su bitácora personal, Malala contaba al mundo las amenazas de muerte que recibía por parte de los integristas, amenazas que cumplieron, afortunadamente sin éxito.

El intento de asesinato por parte de los talibán que le dispararon en la cabeza en octubre de 2012 la convirtió en símbolo de la lucha de los derechos de las mujeres y el acceso a la educación universal. Su defensa de la educación femenina era para los talibanes un ataque a la versión más rigorista del Islam y, por ello, dijeron, “debía morir”.

En la actualidad, la joven activista es una de 100 personalidades más influyentes del mundo según la revista Time, y un icono de la lucha por los derechos de las mujeres.

Otras candidaturas

La candidatura de Malala, que recibirá el galardón en una ceremonia ante el pleno de la Eurocámara el próximo 20 de noviembre en Estrasburgo, se ha impuesto a los otros dos finalistas que optaban al premio este año, entre ellos el ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, que filtró el espionaje masivo de los servicios de inteligencia estadounidenses, cuya candidatura fue promovida por el grupo de los Verdes y la Izquierda Unitaria Europea.

Malala partía como favorita dado que su nominación fue promovida por los tres grupos mayoritarios en la Eurocámara: el grupo del Partido Popular Europeo, el grupo de los Socialistas y Demócratas y la Alianza de Liberales y Demócratas. Los 750 diputados de la Eurocámara se han puesto en pie al escuchar su nombre.

También optaban al galardón este año tres disidentes bielorrusos --Ales Bialatski, Eduard Lobau y Mykola Statkevich-- que fueron detenidos en las protestas pacíficas de diciembre de 2010 en contra de la polémica reelección de Alexander Lukashenko. Esta candidatura, promovida por 41 eurodiputados de distintos partidos para reconocer a todos los presos políticos en Bielorrusia.

La Eurocámara concede este galardón, dotado con 50.000 euros, desde 1988 a personas u organizaciones que se hayan distinguido por su lucha contra la injusticia y la opresión en el mundo. Su nombre rinde homenaje al primer galardonado con el premio, el físico y político disidente soviético Andrei Sájarov.

El premio recaló el año pasado en los disidentes iraníes Nasrin Sotoudeh y Jafar Panahi en reconocimiento por su lucha a favor de la democracia y los Derechos Humanos en su país.

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